Se trata del Centro de Rescate de Fauna Silvestre (CRFS), que depende del Ecoparque pero funciona en un predio de 40 metros por 20 metros, a la izquierda del camino por el que se entra desde el portón norte de la Reserva, siguiendo la línea imaginaria de lo que sería la calle Viamonte.
La mayoría son aves: caranchos, chimangos, lechuzas, gavilanes y otros. También hubo reptiles, como tortugas o lagartos overos. Y algunos mamíferos, como comadrejas, mulitas, armadillos y los coipos, ese animal entre nutria y carpincho que es uno de los principales habitantes de la Reserva.
¿Cómo van a parar allí? Muchos son rescatados del contrabando, en los operativos que hace la Justicia contra el tráfico de animales. Otros llegan porque sus dueños los adquirieron como mascotas pero luego no supieron cómo mantenerlos, o se les escaparon. Y muchos otros, porque la gente los encuentra lastimados en la calle y los lleva. Esto último es muy común con las aves, que suelen golpearse contra los edificios, confundidos por los reflejos de las ventanas.
Fuente: Pablo Novillo - Clarin.com
