En su última rueda de prensa en la Argentina, Jane Goodall, una de las mayores conservacionistas del mundo, mostró su temeridad incluso ante la muerte. “Si no hay nada, eso es todo. Pero si hay algo, no puedo pensar en una aventura más grande que descubrir lo que es”, dijo en conversación con LA NACION en 2024, en la Embajada Británica.
A los 91 años, Goodall falleció este miércoles en Los Ángeles, lejos de su hogar en el Reino Unido y también de la selva de Gombe, en el este de África. “Falleció debido a causas naturales”, informó en un comunicado el instituto que ella fundó y lleva su nombre. La también Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas tuvo una carrera científica llamativamente prolongada.
Goodall fue una ventana de esperanza para la conservación y para la búsqueda de un mundo más equilibrado y respetuoso con la naturaleza. Ante la pregunta, ella confesó que después de décadas de trabajo, el deseo que tenía para después de su muerte: “Espero, después de que me vaya, que los niños puedan ver un mundo mejor”.