El hallazgo podría permitir el desarrollo de nuevas alternativas contra otras enfermedades causadas por bacterias resistentes.
Un estudio dirigido por Jesús Arenas, profesor de la Universidad de Zaragoza e investigador del Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2) -centro mixto de la Universidad de Zaragoza y el CITA de Aragón-, detalla el descubrimiento de aceites esenciales extraídos de pino y limón que inactivan la bacteria causante de la gonorrea en humanos, además de aceites esenciales extraídos de orégano que lo hacen frente a Streptococus suis, un patógeno de cerdos y humanos. En el trabajo han participado también Paula Jurado, Cristina Uruén y Sara Martinez (IA2-Universidad de Zaragoza); Elena Lain y Antonio Arezusta (Hopital Miguel Servet de Zaragoza); Sandra Sánchez (Universidad de Santiago de Compostela); y Víctor Lopez (Universidad San Jorge).
El trabajo, publicado por la prestigiosa revista científica Biomedicine Pharmacotherapy en su número de octubre, ha encontrado que Neisseria gonorrhoeae, bacteria resistente a múltiples antibióticos comunmente conocida como gonococo, es sin embargo sensible a aceites extraídos de los citados pino y limón. Estos compuestos podrían ser una alternativa al uso de antibióticos contra esta bacteria, la segunda enfermedad de transmisión sexual a nivel mundial con 87 millones de casos estimados en 2016, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque puede tratarse, esta bacteria está desarrollando rápidamente un gran número de resistencias a antibióticos y no existe vacuna para su prevención. La OMS estima que en 2050 no habrá tratamiento posible, por lo que ha calificado de urgente la búsqueda de nuevas terapias.
Esta investigación analizó la actividad de siete aceites extraídos de diferentes plantas contra aislados clínicos del gonococco resistentes a múltiples antibióticos. Los aceites de pino y limón mostraron una elevada capacidad bactericida contra diferentes cepas y capacidad de dispersar asociaciones de microorganismos (denominados como biofilms), mecanismo que las bacterias utilizan para tolerar los antibióticos. “Aquí buscamos alternativas en los sistemas de defensa que utilizan las plantas contra infecciones bacterianas”, ha explicado Jesús Arenas. “Estos compuestos podrían ser útiles para nosotros”.
Fuente: DiarioVeterinario.com