1897 - 2024

127º Aniversario - Trayectoria y excelencia al servicio de la profesión.

Interés general

Cómo la veterinaria contribuye al avance de la medicina humana

Angélica Martínez, responsable veterinaria del Equipo de Cirugía Experimental del Hospital Universitario de Burgos, nos cuenta su experiencia al frente del animalario del hospital

Muchos de los hospitales españoles disponen de servicios veterinarios que se encargan de los animalarios. Los animalarios se rigen por una normativa concreta que determina la existencia obligatoria de dos figuras de especialistas: la persona responsable de la supervisión in situ del bienestar y cuidado de los animales y la figura de veterinario designado. Habitualmente estas dos funciones son siempre desempeñadas por personal veterinario, y en prácticamente todos los animalarios, existe una figura de "director/a técnico veterinario" que coordina, gestiona y dirige el funcionamiento de la instalación, así como de todo el personal del animalario implicado en el trabajo con los animales.

Una de las veterinarias que trabajan en uno de estos animalarios es Angélica Martínez, veterinaria responsable del Equipo de Cirugía Experimental del Hospital Universitario de Burgos. “Mis funciones dentro del hospital son muy variadas, pero podría resumirlas en las  siguientes: participo de forma relevante en todas las fases de la experimentación, desde el asesoramiento previo, el diseño experimental y la preparación de documentos para la solicitud de autorizaciones, hasta las inoculaciones, seguimiento clínico, toma y análisis de muestras biológicas, eutanasia y necropsia reglada de los animales, análisis de resultados, redacción de informes y presentación de resultados, en colaboración con los investigadores principales y docentes instructores”.

 

Paralelamente, la veterinaria también desarrolla la investigación específica que aplica directamente en los experimentos, es tutora responsable y supervisora de la formación del personal que maneje animales con fines científicos, y participa en convenios de cooperación educativa con poblaciones infantiles, estudiantes universitarios y otras actividades de ciencia ciudadana con fines de transparencia en el uso de animales en investigación científica, entre otras tareas.

La figura veterinaria hace que los procedimientos se hagan con garantías, “y se crea un ambiente de trabajo en el que el respeto hacia los animales es sin duda una prioridad”, cuenta la experta.

No obstante, Angélica Martínez no siempre tuvo claro que se dedicaría a esta rama de la veterinaria, “con los años te das cuenta que cuando acabas la carrera tienes una mínima visión de todas las opciones que tiene nuestra profesión. Siempre me decanté por la rama de la investigación, (por eso hice la Tesis Doctoral), los animales silvestres y el bienestar animal, pero al mismo tiempo tenía la necesidad de explorar otros campos como la docencia y la divulgación. No me puse ningún objetivo en concreto y me dejé llevar por lo que me ilusionaba hacer en cada momento, aprovechando las oportunidades que me iban surgiendo. Creo que lo más importante es no perder nunca la motivación y no cerrar puertasEs conveniente también tener una actitud proactiva, porque siempre habrá algún bache que evitar”.

LA IMPORTANCIA DEL MODELO ANIMAL PARA LA INVESTIGACIÓN

 

Muchas personas desconocen la importancia de los animales en la investigación biomédica. Le preguntamos a Angélica Martínez que nos cuente algún ejemplo: “Les contaría muchos ejemplos, pero les diría, en general, que la medicina moderna, incluyendo los tratamientos oncológicos más novedosos y las técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, no hubieran llegado hasta este punto de desarrollo y especialización sin los modelos animales. Para mayor ejemplo, el contexto actual de la pandemia por la COVID-19. Sin animales no tendríamos una vacuna segura y eficaz”.

La experta nos explica que, dependiendo de cada investigación, hay modelos más adecuados que otros. Si bien, el modelo animal más utilizado en España y en el mundo es el ratón, “ya que es una especie muy manejable y de fácil manipulación genética, por lo que se utiliza en multitud de modelos de enfermedades humanas como por ejemplo los procesos oncológicos y las enfermedades autoinmunes”. Cabe destacar que los modelos de ratones humanizados han sido imprescindibles para el desarrollo de muchas vacunas y tratamientos para diversas enfermedades como por ejemplo la COVID-19. “Recientemente se ha publicado un artículo sobre uno de los prototipos vacunales de nuestro país y su éxito en 22 ratones humanizados. Con el término ‘humanizados’ nos referimos a que son ratones modificados genéticamente para que puedan expresar el receptor ACE2 humano”.

En España, de acuerdo al último informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el ratón supone el 56 % de los usos registrados, seguido muy de lejos por diferentes especies de peces (17 %), por ejemplo, el pez cebra se utiliza para la investigación de la epilepsia y tiene mucha importancia en los estudios de genómica funcional, la gallina doméstica (12 %), que se utiliza principalmente para estudios de etología, comportamiento y nutrición animal, y los conejos, con el 2,5 % de los usos registrados.

En el Hospital Universitario de Burgos los animales más utilizados son las ratas y los cerdos. Las ratas presentan una microanatomía vascular con un calibre adecuado para el entrenamiento de la cirugía plástica y los cerdos son los modelos ideales para el entrenamiento del resto de disciplinas quirúrgicas, como la urología pediátrica y la cirugía general, tanto en técnicas abiertas como en cirugía mínimamente invasiva (laparoscópica).

Por otra parte, Martínez cuenta que el Hospital Universitario de Burgos es CSUR (Centro, Servicio y Unidad de Referencia del Sistema Nacional de Salud) de reimplantes, incluyendo la mano catastrófica, y para ello se requiere un centro asociado de cirugía experimental con un programa de entrenamiento, donde los MIR puedan adquirir las competencias que precisa el personal de un centro de referencia. Lo hacen a través de diferentes niveles, empezando por materiales inertes y modelos no vivos (muslos y alas de pollo) hasta llegar a la rata, donde realizan técnicas de dificultad progresiva hasta completar su aprendizaje.

Aun así, la veterinaria explica que el uso de animales para los fines de entrenamiento y adquisición de competencias es muy limitado, apenas el 1 % de los usos registrados. “La mayor parte de los usos corresponden a la investigación básica (47 %), pero quiero destacar que hay muchos usos destinados a la investigación traslacional y aplicada sobre enfermedades que afectan a los propios animales (21 %)”.

ONE HEALTH

 

Angélica Martínez es un claro ejemplo de la importancia de desarrollar el concepto One Health y cómo la profesión veterinaria contribuye al avance de la medicina humana. Ante la falta de aplicación de dicho concepto en España, la experta mantiene la esperanza de que en un futuro muy próximo la profesión veterinaria sea parte integrante de equipos multidisciplinares con un enfoque de Salud Pública. “Necesitamos hacer un frente común contra las enfermedades zoonóticas que sin ninguna duda en un futuro aumentarán. Para ello el personal veterinario debe estar integrado en el Sistema Nacional de Salud. Es realmente decepcionante que aún no lo estemos y después de esta pandemia resulta aún más inverosímil. Por otro lado, quisiera resaltar que esta pandemia ha sacado a la luz lo que llevábamos mucho tiempo denunciando: las condiciones de nuestro personal científico son tan precarias, que, a pesar de tener el talento y los conocimientos, la falta de infraestructura biotecnológica, personal e inversión ha hecho que las vacunas españolas vayan a la cola en su proceso de desarrollo, cuando posiblemente estemos ante los mejores trabajos científicos del mundo. Esto también es One Health, y el personal veterinario es fundamental para que las investigaciones con modelos animales se hagan con todas las garantías de bienestar animal”.

“Por tanto, nuestra profesión resulta imprescindible para avanzar en los tratamientos de las personas. Al igual que los ensayos clínicos en personas están supervisados por personal médico, los ensayos en animales deberían estar supervisados, estrictamente, por personal veterinario”, subraya.

TRAYECTORIA

 

Antes de llegar al Hospital Universitario de Burgos, la veterinaria desarrolló su carrera en el Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de León, donde hizo su tesis doctoral. “Durante este tiempo me dediqué a la investigación de las enfermedades parasitarias de los cérvidos silvestres con repercusión en la salud animal y humana. Concretamente, epidemiología y patología de parásitos con ciclos vinculados al medio, alguno de ellos con potencial zoonótico”.

Además, ha colaborado con el servicio de oftalmología del Hospital de León y de Burgos en la identificación de larvas causantes de oftalmomiasis en personas.

“Quiero agradecer a todos mis compañeros y compañeras, personal médico, enfermería, TCAES y celadores del Hospital Universitario de Burgos su trabajo, y el respeto y admiración que sienten hacia los animales y hacia nuestra profesión. Especialmente y representado a todos ellos, al Dr. José Manuel Gutiérrez Dueñas, jefe del Servicio de Cirugía Pediátrica, por su gran visión, entusiasmo y dedicación a este proyecto. De la misma forma, a todos los compañeros del Hospital Divino Valles, personal de limpieza, celadoras de recepción, seguridad y mantenimiento, y al personal administrativo de la Unidad de Investigación, ya que su trabajo es imprescindible para el buen funcionamiento de nuestro centro y la mayoría de las veces se queda en un trabajo invisibilizado”.

Fuente: DiarioVeterinario.com

Resistencia antimicrobiana: un problema que atraviesa “Una salud”

Para 2022 la Unión Europea cambia la legislación y, entre las modificaciones, anticipa la prohibición del uso de microbianos como promotores de crecimiento y profilácticos en la región. A esto le suma una cláusula de reciprocidad para los países a los que les compran productos cárnicos. Frente a este panorama, la Argentina se enfrenta a un gran desafío: cambiar los usos y costumbres en materia de antimicrobianos en los animales productivos.

La resistencia antimicrobiana es actualmente reconocida como una de las mayores amenazas para la salud humana en el siglo XXI por el riesgo que implica la pérdida de eficacia de los antibióticos necesarios en la medicina. Además de tratarse de un problema sanitario, también puede llegar a ser el causante de una crisis económica de gran impacto, calculándose una caída de unos 100 trillones de dólares mundiales.

A esto, hay que sumarle los costos del sistema de salud global, las pérdidas en la producción animal y la consecuente escasez de alimentos. Según un informe del Banco Mundial, para 2050, la resistencia antimicrobiana será la principal causa de muerte. A su vez, se estima que 28 millones de personas caerían en la pobreza y la producción global de animales de cría caería entre un 2,6 y un 7,5 por ciento por año.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en algunos países, el 80 % del consumo total de antibióticos de importancia médica se da en el sector animal, principalmente, para estimular el crecimiento en animales sin ninguna enfermedad. Por esto, recomiendan reducir el uso de todas las clases de antibióticos de importancia médica en animales destinados a la producción de alimentos.

Para Mariano Fernández Miyakawa –investigador del Instituto de Patobiología (IPVET) del INTA Castelar y coordinador del Proyecto Disciplinario “Resistencia a los antimicrobianos y desarrollo de alternativas”–, es “fundamental” tomar conciencia sobre los riesgos del abuso y mal uso de los antibióticos en los animales de producción con el fin de reducir y prevenir la aparición y propagación de la resistencia.

Es que, según el especialista, “la resistencia a los antimicrobianos (RAM) pone en peligro la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos”.

A su vez, fue más allá y no dudó en asegurar que “la resistencia a los antimicrobianos, y particularmente a los antibióticos, está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos”. Entre los riesgos a los que se enfrenta el sector, Fernández Miyakawa se refirió a las pérdidas en el sector productivo y a las restricciones del comercio internacional.

Con respecto a este punto, Federico Luna, director de productos veterinarios del Senasa, reconoció que “para 2022, se viene un gran desafío para el sector, de la mano de la nueva legislación europea”. Además, analizó: “Si realmente se quiere continuar el comercio internacional con estos mercados, cada vez más exigentes, se va a tener que adecuar la forma de producción. Se trata de un cambio que no queda circunscripto a la Comunidad Europea, sino que seguramente se extienda a otros mercados como China, India o Rusia”.

Por este motivo, el especialista del Senasa advirtió que el año que viene será “un año decisivo para nuestro sistema productivo”. Y agregó: “Creo que no nos falta mucho para poder cumplimentar con los nuevos requisitos, pero es necesario el consenso y acompañamiento de todos los sectores para estar a la altura de las circunstancias”.

Todo ser vulnerado aprende a resistir

“La capacidad de resistencia es un mecanismo natural”, aseguró Fernández Miyakawa quien no dudó en subrayar que “si bien la resistencia es individual, aporta a lo colectivo”. Es que, de acuerdo con el investigador, tanto el antibiótico, la bacteria o el gen resistente salen del cuerpo para impactar en otros animales, humanos y en el ambiente, lo que le permite seguir amplificándose. De allí, la complejidad del tema.

Para el investigador del Instituto de Patobiología (IPVET) del INTA Castelar la resistencia antimicrobiana o RAM es “uno de los problemas más complicados de salud que tenemos en el mundo y de los más difíciles de abordar”.

En esta línea, subrayó la necesidad de tomar conciencia sobre el riesgo que se corre y sólo emplear antibióticos cuando lo amerita. “Como uso y costumbre, en los sistemas productivos, muchas veces se aplican antibióticos y antimicrobianos como prevención ante la posibilidad de que enfermen y hasta para hacerlos engordar y crecer más rápido”, explicó.

Es este uso en forma profiláctica o como promotor de crecimiento, en forma prolongada en el tiempo y en dosis subterapéuticas que no terminan por eliminar a las bacterias, lo que amplifica la generación y diseminación de la resistencia. “Lo lógico es usar antibióticos cuando se tiene un animal enfermo no como prevención, el resto de los manejos son contraproducentes”, subrayó.

De acuerdo con el director de productos veterinarios del Senasa, la Argentina avanzó mucho en los últimos años en la materia, tanto a lo que hace a las políticas de Estado como a escala productiva. De hecho, –detalló– ya hay en el país granjas que trabajan libres de antibióticos.

“Los productores entienden la importancia de tomar conciencia del riesgo que implica la resistencia antimicrobiana, no sólo por el impacto en el mercado internacional, sino para la salud”, explicó Luna.

Con respecto a la articulación institucional, Luna subrayó: “Hemos logrado una alianza nunca vista entre organismos del Estado como Senasa e INTA. A su vez, logramos trabajar mancomunadamente con el ministerio de Salud de la Nación y, junto con el ministerio de Agricultura, armar un equipo de trabajo en el cual pensar y diseñar políticas de Estado en beneficio de la salud pública”.

Y concluyó: “Argentina es uno de los pocos países en el mundo que fue capaz de lograr una estrategia nacional integrada para el control de la resistencia”.

Dos competidores, una carrera

El desarrollo de nuevas moléculas y la resistencia antimicrobiana se enfrentan a una prueba históricamente adversa. En esta carrera hay mucho en juego, algunas desventajas y otro tanto de riesgos. Y, hasta ahora, sólo uno pica en punta.

“La resistencia antimicrobiana no va al mismo ritmo que el desarrollo de antimicrobianos. Hay una enorme brecha entre ambos”, aseguró Fernández Miyakawa quien no dudó en recordar que “el desarrollo de nuevas clases de antibioticos se detuvo en 1987”. Es que la inversión por parte de los laboratorios implica altos costos, mucho tiempo y bajo retorno, por lo que no es negocio. “Esa clara desventaja aumenta los riesgos”, sentenció.

Tal como lo advierte la OMS: “Los antibióticos y los antiparasitarios existentes, y en menor medida los antivíricos, están perdiendo su efecto. El mismo tiempo, las inversiones en el desarrollo de nuevos antimicrobianos son insuficientes. Si no se cambia esta tendencia, las armas para luchar contra los microorganismos resistentes se agotarán pronto”.

Incluso, el organismo internacional considera a esta problemática como una de las más importantes amenazas a la salud mundial y a la seguridad alimentaria.

No todo está perdido

“No será tan fácil, ya sé qué pasa; no será tan simple como pensaba”, reza la letra de Mercedes Sosa. Y en esa misma línea, Fernández Miyakawa reconoce la complejidad que implica el cambio. “Factores sociológicos y económicos inciden fuertemente para seguir haciendo lo mismo durante décadas, sin tomar conciencia del riesgo y la necesidad de buscar alternativas”, explicó.

“Usar antibióticos es una especie de reaseguro y ven a las restricciones como una amenaza”, detalló el especialista quien no dudó en reconocer que “el uso de alternativas representa una mayor dedicación para con los animales, más tiempo, conocimientos y análisis para la toma de decisiones”.

De todos modos, a pesar de la complejidad del tema, se considera un optimista: “Aún estamos a tiempo de revertir y cambiar el panorama. Si se retira la presión a las bacterias, tarde o temprano van a volver a la normalidad”, dijo. Luna coincidió y agregó que otro factor que reduce la resistencia son aspectos tales como la calidad en la infraestructura de la granja y el bienestar animal.

En busca de una alternativa

Eliminar a los antimicrobianos como promotores del crecimiento de las dietas de los animales es un proceso creciente e irreversible. Esto llevó a desarrollar, seleccionar y utilizar alternativas rentables y eficaces en la producción animal. Entre las más populares y ampliamente utilizadas en varias regiones del mundo incluyen enzimas, ácidos orgánicos, probióticos, prebióticos, simbióticos, fitoquímicos y combinaciones de ellos.

“Desde hace más de 15 años, en el Instituto de Patobiología (IPVET) del INTA Castelar trabajamos en el desarrollo y evaluación de alternativas al uso de antimicrobianos de síntesis química para prevenir y controlar enfermedades bacterianas y parasitarias”, indicó. A su vez, explicó que también estudian el impacto del uso de antimicrobianos en el desarrollo de la resistencia y el estudio de mecanismos de transmisión de dicha resistencia.

“El objetivo de este esfuerzo es reducir la generación y dispersión de la resistencia antimicrobiana en la producción animal, manteniendo o mejorando la eficiencia productiva”, explicó el investigador.

Estos trabajos se llevan adelante con socios estratégicos en esta temática como OIE, OPS, CONICET, universidades nacionales y extranjeras, laboratorios, empresas y productores agropecuarios, entre otros. Así, se conformó un grupo de trabajo sólido con el ANLIS Malbran y el SENASA a fin de generar información sobre la dinámica de la resistencia antimicrobiana en el sistema productivo argentino y la detección de determinados elementos genéticos móviles de resistencia. También se realizan estudios de sensibilidad de drogas antibióticas y antiparasitarias, además de participar en el asesoramiento para la elaboración de políticas públicas.

“En INTA estamos enfocados en el estudio de la evaluación de la resistencia en determinados ambientes y microorganismos para poder diseñar estrategias de control, así como en el desarrollo de alternativas al uso de antimicrobianos y en la mejora de la salud animal”, detalló.

Fuente: Agrositio.com.ar

Psitacosis en tiempos de COVID-19

Una llamada de atención
El número de animales positivos notificados en lo que va del 2021 casi se ha duplicado en comparación a los notificados durante todo el año anterior.

Nuevamente, como todos los años, se observa en esta época del año la ilegal llegada a consultorios de pichones de loros habladores (amazona aestiva) procedentes del tráfico de fauna.

 

Este año, aunque todavía no cuantificado, se ha visto incrementado este número de manera muy importante por evidentes fallas en los organismos de control.

Explicar que la psitacosis es una zoonosis que puede ser mortal en personas y que una importante cantidad de loros la portan resulta reiterativo.

El agraviante de este año es que toda enfermedad respiratoria es considerada COVID-19 con lo cual el inicio de tratamiento se verá postergado con el consiguiente aumento de la mortalidad de personas, probablemente no diagnosticadas.

De acuerdo a Datos actuales de Zoonosis Urbanas de la provincia de Buenos Aires durante todo el 2020 el número de animales positivos fue de 25 mientras en lo que va de este 2021 el número de animales es de 40. Los municipios afectados hasta el momento son: La Matanza (RS XII); José C Paz, Pilar, Vicente López, San Fernando, Tigre, Pilar, General San Martín, Malvinas Argentinas, San Isidro y Campana, (RS V); Tres de Febrero, Morón, Hurlingham, Ituzaingó, Moreno (RS VII), Almirante Brown, Esteban Echeverría, Berazategui, Lomas de Zamora, Quilmes (RS VI); San Miguel del Monte (RS XI) y Coronel Suarez (RS I). (Mapas 1 y 2).

En testeos realizados en la clínica veterinaria especializada en animales no tradicionales Fauna Vets se observó que de 16 animales testeados el 50% dio positivo.

Durante la etapa de pichones, el contacto de los tenedores ilegales con estas aves es sumamente estrecho, lo que agrava la situación.

Desde Zoonosis Urbanas se sigue monitoreando estos eventos en animales, como así también capacitando y sensibilizando a las áreas Veterinarias en prevención y formas de notificación para desalentar la compra de estas especies en lugares no habilitados sin control sanitario.

Fuentes: Vet Market Portal
Zoonosis Urbanas de la Provincia de Buenos Aires
Instituto Luis Pasteur C.A.B.A.
Fauna Vets – Veterinarios Especialistas en Animales NO Convencionales

Cursos & Eventos

No event in the calendar
March 2026
Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Dom
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31

Curiosidades

Los 10 principales avances médicos de la Edad Media

Todavía la percepción que el ciudadano medio tiene sobre la Edad Media es la de que fueron tiempos oscuros, con multitud de calamidades, poblaciones analfabetas y un retroceso sustancial en cuanto a los avances médicos que la Antigüedad había aportado. Todo ello no son más que apriorismos que colocan en un puesto de inferioridad a los tiempos medievales respecto a otros momentos de la Historia. Sin embargo, un análisis detallado nos revela que en el Medievo surgieron muchos de los logros de la Medicina que todavía hoy están vigentes. Aquí están los 10 principales avances médicos de la Edad Media.

1. Hospitales
En el siglo IV de nuestra era el concepto de hospital, es decir, un lugar donde los pacientes podrían ser tratados por los médicos con equipamiento especializado, estaba en su embrión en algunos lugares del Imperio Romano.

Más tarde, en Occidente, los monasterios fueron los centros donde surgieron los primeros hospitales para dar servicio a los viajeros, transeúntes y pobres. Mientras, en Oriente, en el mundo árabe, los hospitales surgieron en el siglo VIII.

Leer más...

También le puede interesar...

SIN VETERINARIOS NO HAY UNA SALUD

Conferencia completa brindada por el M.V. Fidel Baschetto, Capítulo Fauna Silvestre SOMEVE, Profesor Adjunto de Fauna Silvestre UN Villa MaríaJefe de Departamento de la Universidad Libre del Ambiente (Municipalidad de Córdoba). Organizada por: Sociedad de Medicina Veterinaria

El Dr. Carlos Lanusse ha recibido importante reconocimiento por su trayectoria en la farmacología veterinaria

[ Click aquí o sobre la imagen para ampliar la nota enviada al Dr. Carlos Lanusse | PDF ]


Compartimos la respuesta enviada por el Dr. Carlso Lanusse:


Estimado Leonardo

Muchas gracias por su conceptuosa nota. Es un gran orgullo ser el 1er científico latinoamericano en recibir esta prestigiosa distinción que otorga la Academia Americana de Farmacología y Toxicología Veterinaria, particularmente cuando toda mi carrera se hizo desde Argentina y trabajando en la conjunción entre la Universidad Pública y el CONICET.  Me alegra que este tipo de premios de visibilidad internacional ayuden a jerarquizar nuestra profesión Veterinaria, junto a tantas otras acciones que muestran día a día la valoración que la sociedad le da a nuestras incumbencias profesionales.