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Publicado: Lunes, 05 Diciembre 2022 12:27
La inducción farmacológica del celo en vacas que redujeron su condición corporal por la sequía posibilita mejorar los índices de preñez y parición.
La prolongada sequía de otoño, invierno y primavera que se desarrolló en casi todas las zonas ganaderas ha provocado una desmejora generalizada en la condición corporal de las vacas de cría, muchas de las cuales se encuentran en anestro (ausencia de celo) en plena época de servicio. “Levantar” la condición de esos rodeos llevará semanas hasta que se alcance el pleno rebrote de las pasturas y exigirá otras semanas más para que la mejor nutrición se refleje en la recuperación del estado general de las vacas, que tienen las cría al pie en la actualidad.
En las condiciones descriptas -condición corporal menor de 3 en una escala de 1 a 5- cabría esperar que, en el corto plazo, los vientres no presenten ciclicidad normal y se postergue el desarrollo de la preñez atrasando todo el ciclo productivo de la actividad. Un misil para la rentabilidad de la empresa de cría.
¿Qué hacer en esas condiciones para no perder preñez ni terneros? Una posibilidad probada en distintos países es la estimulación y sincronización del celo y posterior inseminación artificial a tiempo fijo. Julián Bartolomé, médico veterinario que brinda apoyo técnico a los productores en Select-Debernardi, afirma que “ambas técnicas permiten devolver la ciclicidad al rodeo, elevar el porcentaje de concepción, aumentar la cabeza de parición y mejorar la calidad genética de los rodeos”.
Explica que, en rodeos de condición corporal adecuada, estas técnicas permiten alcanzar alrededor del 50% de preñez en la primera inseminación, valor que puede complementarse con una segunda estimulación o con repaso con toros. En rodeos de baja condición corporal, los resultados pueden ser menores, pero superadores respecto de una situación en la que no se implemente la técnica
Técnicas empleadas
Las estrategias de inducción del celo por medios farmacológicos tienen como base la utilización de un dispositivo intravaginal con progesterona, acompañado de la aplicación intramuscular de sales de benzoato de estradiol, GnRH (factor liberador de gonadotrofinas), eCG (gonadotropina coriónica equina) u otros compuestos. Luego de la aplicación, según la técnica, se produce la aparición concentrada del celo en los vientres, que son inseminados artificialmente de manera conjunta.
La implementación de estas herramientas “se apoya en protocolos de sincronización -y resincronización cuando resulta necesario- específicos para vacas y vaquillonas”, aclara el técnico. Desde hace varios años, se vienen utilizando con éxito en rodeos comerciales de distintas zonas del país.
“Un beneficio adicional de la inseminación artificial consiste en la mejora genética del rodeo: la fecundación con semen de toros con atributos que mejoran la conformación y los rasgos vinculados a la productividad de las vacas es un activo que se refleja en la clase y en el ritmo de crecimiento de los terneros de la siguiente generación”, subraya Bartolomé.
No obstante, hay productores que entienden que la implementación de estas herramientas es cara y que complica el manejo de la hacienda. Bartolomé rebate esa impresión al decir que “el costo de llevarlas a cabo se paga ampliamente al evitar la tarea de detección de celo, conseguir mayor peso de los terneros al destete y acortar del periodo parto-siguiente preñez”.
Las herramientas descriptas pueden complementarse con la aplicación de parches o pintura en la base de la cola, que permiten determinar la ciclicidad del rodeo. Una alternativa sería realizar una primera IATF con un protocolo que induzca celo en vacas en anestro tratando de maximizar el porcentaje de preñez. Luego, colocar parches que se pegan en la región lumbar (entre la cadera y la base de la cola). Estos parches cambian de color luego de la monta y permiten detectar aquellas vacas que, no quedando preñadas al primer servicio, continúan en anestro. Los parches, combinados con el diagnóstico de preñez por ecografía a los 26-28 días posteriores a la primera inseminación, permitirían resincronizar las vacas vacías y ver si es necesario tratar nuevamente el anestro. Entre primera y segunda inseminación se podría utilizar servicio natural -si el objetivo es la cantidad de terneros- o esperar para que todas las vacas vacías vayan a una segunda inseminación priorizando el mejoramiento genético.
El diagnóstico del anestro por palpación y ecografía transrectal del tracto genital en manos del veterinario es otra herramienta importante al momento de decidir cada una de las estrategias.
Finalmente, para implementar estas tecnologías en la práctica, Bartolomé aconseja la consulta a médicos veterinarios “para evitar errores y evaluar la tecnología más conveniente para su empresa”.
El profesional también recomienda que la inducción artificial del celo en situaciones de déficit nutricional pueda ser complementada con el destete temprano de los terneros y con la suplementación con heno, silaje o concentrados, de manera que las vacas puedan ganar peso una vez inseminadas. “Bajo un manejo nutricional aceptable, el 80% de vacas en anestro comienza a ciclar dentro de 10 días de retirados los terneros por destete precoz”, asevera Bartolomé, quien aclara que la separación temprana tiene un costo importante en alimentación del ternero.
A su vez, vacas en anestro con cría al pie que reciben tratamiento de inducción y sincronización de celo como los descriptos, han mostrado tasas de concepción 10 a 15% superiores que vacas no tratadas.
Fuente: LaNacion.com
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Publicado: Sábado, 26 Noviembre 2022 16:48
La ganadería pastoril, una herramienta para mitigar la emisión de sus propios gases
Esta fue una de las ideas fuerza que se destacaron en el último Punto de Encuentro para Jóvenes de la Cadena de Ganados y Carnes, que el IPCVA organizó este año. Cómo comunicar esa ventaja es uno de los desafíos de la actividad.
En un contexto donde parte de la sociedad, muchas veces desde las generaciones más jóvenes, se cuestiona la producción de carne vacuna, por su aporte -no siempre bien medido- a la emisión de los gases de efecto invernadero (GEI), el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), sumó, en 2022, entre sus acciones de promoción interna, los llamados Puntos de Encuentro para Jóvenes de la Cadena de Ganados y Carnes, a fin de transmitir contenidos técnicos y comunicacionales adecuados a estudiantes universitarios de carreras agropecuarias y/o miembros de las juventudes de entidades gremiales empresarias del agro.
El quinto y último Punto de Encuentro del año se desarrolló en el Auditorio de La Reforma, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (FCA) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), en la capital provincial.
El motivo de llegar con un mensaje específico a los miembros más jóvenes de la ruralidad, aunque insertos en las comunidades urbanas, al ser muchos de ellos, estudiantes en grandes ciudades, lo explicó la economista, especialista en marketing digital y análisis de datos, estudiosa del comportamiento del consumidor e integrante del equipo del IPCVA, Eugenia Brusca.
Sobre la generación millenial a la que pertenece destacó: “Tenemos la voz de la cadena de la carne en nuestras manos. Tengo 34 y represento a una generación que pertenece al 60% de la población mundial. Somos la principal fuente de ingresos del mundo. Estoy hiperconectada y tengo una forma distinta de pensar, vivir y consumir”.
Tras recordar que pertenece a la 4° generación de una familia de productores ganaderos en Azul, Buenos Aires, una actividad de largo plazo, que demora más de 3 años desde que nace un ternero hasta que un corte de carne vacuna llega al consumidor, enfatizó en que “tenemos una identidad de la ganadería porque la cadena de ganados y carnes es sustentable y eso no se ha comunicado. Por eso está en nuestras manos mostrar lo que hacemos, y cómo se produce la carne vacuna con sustentabilidad y sostenibilidad”.
Y agregó que con la ganadería pastoril que se practica en la Argentina “transformamos fibras no apta para el consumo humano en proteína de alto valor biológico requerida en el país y en el mundo. Sumamos 437.000 puestos de trabajo directo. Somos arraigo. Producimos donde en otros lugares no se puede producir nada. Nos brinda futuro a las nuevas generaciones. Y eso, podemos comunicarlo”, dijo, convocando a la audiencia joven que la escuchaba a involucrarse a esa tarea.
La oportunidad de la ganadería pastoril
Al analizarse cómo mejorar la sustentabilidad de la actividad ganadera, teniendo en cuenta las exigencias que la sociedad tiene sobre la producción de carne vacuna y el ambiente en que se desarrolla, se destacó que la ganadería vacuna pastoril es parte de la solución en el cuidado del ambiente.
Así, la Ing. Agr. Dra. Florencia García, docente e investigadora de la FCA-UNC, se refirió a las estrategias de mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
“Es innegable que vivimos en una situación de cambio climático en el mundo, que atraviesa todas las actividades de nuestra vida. La ganadería ha recibido una crítica muy fuerte, entendiendo que aporta metano el segundo GEI que explica, en gran medida, el calentamiento global que produce el cambio climático”.
El gas metano se genera en el rumen de los vacunos. El animal degrada un alimento (fibra) que los humanos no pueden aprovechar, y en ese proceso biogénico se produce ese gas que es de muy corta vida, tras el cual queda un camino muy grande por recorrer para poder reducirlo.
Explicó que el metano es un gas de vida muy corta y su reducción representa una de las estrategias más eficaces para reducir en poco tiempo las emisiones de GEI. Esto se da especialmente para la ganadería pastoril y silvopastoril, que tiene una gran oportunidad y capacidad de contribuir de secuestrar carbono.
Focalizó su presentación respecto del balance de emisión y secuestro de carbono, a través de la captura de GEI, que puede ofrecer la ganadería pastoril y silvopastoril. “Por eso como sector deberemos concentrarnos en disminuir las emisiones de la actividad y fomentar la captura de carbono que nuestros sistemas productivos tienen un enorme potencial para fortalecer”, enfatizó.
Respecto de las estrategias de mitigación, mencionó que existen diferentes opciones, cada una de las cuales se adaptan a distintos sistemas productivos, con herramientas específicas para cada uno.
“Generamos un producto del cual tenemos que entender qué quiere al consumidor. Es importante, como lo hace el IPCVA, posicionar a la carne argentina como sustentable, no solo porque el consumidor lo exige, sino porque el cambio climático nos afecta a todos y la Argentina tiene compromisos respecto de la reducción de GEI y porque nuestro perfil productivo agrícola-ganadero fuerte”.
Reconoció que “se ha hecho un montón hasta el momento”, admitiendo al mismo tiempo que “tenemos aún mucho por hacer. Hemos pasado de la negación, a la aceptación y la acción” sobre el cambio climático y la incidencia de la ganadería en la emisión de GEI. “Nos falta integrar los distintos sectores de la cadena respecto de lo que hacemos. Tenemos que unirnos, desde el campo, pasando por los frigoríficos, la universidad y la academia, y entre todos construir las soluciones que necesitamos con sector ganadero”, concluyó.
Cómo responder, qué comunicar
Recurrente en ámbitos agropecuarios, el tema de la comunicación hacia otros ámbitos y las respuestas que, respecto de su desempeño, debería dar la actividad a las denominadas “fake news” o noticias falsas tuvieron un panel específico.
María Inés Rimondi, Lic. en Comunicación, especializada en periodismo agropecuario, sostuvo que “la comunicación está tomando un rol protagónico en el sector agroindustrial. Nos hemos visto interpelados desde lugares de desconocimiento, a veces con mala intención o porque vivimos en tiempos de posverdad. Ante mensajes que nos hacen sentir incómodos, podemos pensar como boxeadores o como ajedrecistas (devolver el golpe o establecer una estrategia).
En este sentido, mencionó que “quien confunde razonamiento con creencia, difícilmente cambie su posición. Pero a todos quienes tienen dudas, son curiosos, más permeables o están dispuestos a cambiar de opinión se puede llegar. Hay que contar sencillo lo difícil. Los jóvenes son testigos inmejorables para comunicar lo que hace hoy el agro. Sacar una foto y contar algo por redes es barato. Con muy poco, pueden decir algo”, recomendó al auditorio.
Por su parte, Yamile Niclis, asesora en comunicación digital para el agro, frente a los ataques a la actividad agropecuaria sugirió que “si nos sentimos atacados no hay que responder desde el lugar del enojo. Hay que ponerse en el lugar del que ataca, y tratar de contarle lo que hacemos y cómo lo hacemos. Hay que entrenarse en la comunicación en la mesa familiar de los domingos y partir desde la empatía para ser genuino en lo que se comunica. En redes sociales, hay que hablar con otros que no son del sector”, señaló invitando a los jóvenes a que realicen esta tarea.
Finalmente, el periodista y asesor en comunicación institucional Lalo Zanoni señaló que el agro tiene que saltar el cerco y hablarle al resto de la sociedad y a “los que no están convencidos”.
Frente a la “fake news”, sostuvo que “lo que hoy manda no es el dato duro, sino las emociones” y que “a nadie le importa la evidencia o el dato duro. Ir por el lado de la emoción sirve. Ahí nos ponemos al mismo nivel que el oponente”, sentenció.
También opinó que “hay que decir la verdad. Antes se mentía mucho más. Ahora hay tanta información que es muy difícil mentir. La mentira no es que tenga patas cortas, ya no tiene patas en el mundo de Internet”, aseguró.
No obstante, opinó que, aunque se tenga en cuenta a la comunicación como herramienta de cambio, actualmente “es un concurso de relatos. Gana el que mejor se instala. Que sea verdad o mentira no va a gravitar tanto”, relativizó.
Fuente: Gastón Guido - Clarin.com