Sanidad Animal - Dr. Gerardo Leotta
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- Categoría: Interés general
- Publicado: Jueves, 02 Febrero 2023 18:59
La babosa moteada es originaria de Nueva Zelanda y del sudeste de Australia y aún no está claro cómo llegó a nuestras playas. La amenaza de esta especie radica en su capacidad para generar una poderosa neurotoxina que puede ser mortal hasta para los humanos.
El primer registro de una babosa de mar moteada en Argentina data de octubre del 2009 y se dio, curiosamente, en Mar del Plata, en la misma ciudad que, 14 años después, vuelve a mirar a esta especia exótica con ojos de preocupación a partir de las sucesivas muertes de perros que se reportaron en la Costa Atlántica durante este tramo de la temporada estival.
El organismo invertebrado, conocido científicamente como Pleurobranchaea maculata, es originario de Nueva Zelanda y del sudeste de Australia, mide entre dos y quince centímetros y suele habitar desde la costa hasta unos trescientos metros de profundidad, aunque también puede aparecer en la orilla de una playa al ser arrastrado por una combinación de viento, mareas y corrientes.
La babosa moteada es considerada una “especie invasora” ya que puede almacenar cantidades importantes de neurotoxinas potencialmente peligrosas en el manto y las gónadas. Lo que no está muy claro es cómo llegó hasta nuestras playas: se presume que fue introducida accidentalmente a bordo de un barco pesquero, algo que también explica la locación de su primer registro a nivel país: el puerto marplatense.
En su sitio web, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación confirma que la babosa moteada fue “registrada por primera vez en Argentina en octubre de 2009 en el puerto de Mar del Plata”, y que también hubo reportes de su presencia en el Golfo San Matías, Golfo San José y Golfo Nuevo.
El antecedente de Nueva Zelanda
A mediados del 2009, el gobierno de Auckland recibió numerosos llamados por casos extraños de envenenamiento de perros en las costas de la ciudad. Luego de analizar el contenido estomacal, el moco esofágico y/o el vómito de algunos de los animales afectados, se determinó que catorce habían sido intoxicados por babosas ingeridas en la playa, y como consecuencia cinco canes murieron.
Tal como fue indicado por las autoridades neozelandesas, los síntomas "comunes" de los perros intoxicados incluyeron vómitos, ataxia, bradicardia y letargo, mientras que la sintomatología "variable" refería a salivación anormal, diarrea, fasciculación muscular, fallas respiratorias, arritmia cardíaca y, en última instancia, la muerte.
La TTX, el arma mortal
Los descubrimientos de aquel entonces en Nueva Zelanda tuvieron características extraordinarias ya que se trató el primer reporte de tetrodotoxina (TTX) para el país y fue, al mismo tiempo, la primera vez que se detectó esta toxina en una babosa de mar.
En un trabajo publicado en marzo del 2016 por el investigador Nicolás Battini para la revista Patagonia, se detalla que la TTX es una biotoxina no proteica semejante en cuanto a estructura y toxicidad a la saxitoxina (STX), que es más conocida por ser la toxina paralizante de moluscos, una de las causantes de la “marea roja”.
Al igual que la STX, la TTX actúa a nivel de los canales de sodio voltaje-dependientes de las neuronas y músculos, impidiendo la conducción nerviosa y generando parálisis muscular. La ingestión de tan sólo 1-2 mg de TTX puede ser mortal para los humanos”, se advierte en la misma publicación a la que accedió 0223.
Lo que se supone es que la bioacumulación de TTX tendría una función defensiva tanto para los adultos como, especialmente, los huevos que coloca la babosa de mar moteada en su etapa de reproducción. La presencia de esta peligrosa toxina también explicaría la falta de depredadores naturales conocidos que se alimenten de las babosas moteadas.
“Normalmente, las babosas moteadas se hallan casi exclusivamente bajo el agua. Sin embargo, en algunas ocasiones - como por ejemplo después de vientos fuertes- muchos individuos son arrastrados hasta las playas junto con otros organismos, en lo que se conoce comúnmente como 'arribazones'. Es allí donde revisten el mayor peligro, dado que están al alcance de perros y otros animales, e incluso niños pequeños”, advierte Battini.
Sin remedio
En caso de sufrir una intoxicación por TTX, el hombre del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) también aclara que “desafortunadamente no existe un tratamiento específico contra esta toxina, por lo que se recomiendan tratamientos paliativos como el lavaje estomacal”.
El investigador de Puerto Madryn sugiere, entonces, “evitar el contacto de las babosas por parte de niños y mascotas” y “estar alerta sobre todo cuanto se encuentran grandes cantidades de algas costas”.
Desde el Ministerio de Ambiente brindan las mismas recomendaciones, a través de la página web del Gobierno: “Se recomienda no tocarlos ni colectarlos. En caso de ser observados en la playa, se debe mantener a los niños y mascotas alejados de los mismos”.
Ninguna advertencia es en vano: en lo que va de esta temporada, ya se notificaron en Villa Gesell tres muertes de perros que murieron intoxicados por la ingesta de estos pequeños animales marinos. En Pinamar también hubo otros cuadros similares, aunque no fueron mortales, y en Mar del Plata no se han reportado oficialmente fallecimientos pero la preocupación está instalada.
El jueves, por lo pronto, está previsto que se desarrolle una reunión virtual a nivel provincial, con participación de funcionarios municipales y de agentes del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), para informar sobre la problemática de verano a los entes de Zoonosis y a veterinarios privados.
Fuente: www.0223.com.ar
Las autoridades piden intensificar la vigilancia de estas dos infecciones y de otras arbovirosis por el aumento de cuadros febriles en Paraguay
El Ministerio de Salud de la Nación emitió hoy una alerta epidemiológica instando a los equipos de salud a intensificar la vigilancia de dengue, chikungunya y otras arbovirosis ante el aumento de casos de fiebre reportados en Paraguay, con tres casos autóctonos confirmados de dengue en diciembre en la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba, y otro en estudio, según reportó el último Boletín Epidemiológico Nacional.
Tal como había informado LA NACIÓN el 18 de este mes y hoy admite el ministerio a cargo de Carla Vizzotti, Paraguay registra durante las últimas semanas, principios del mes de enero, 1.303 casos de chikungunya, un número superior a años anteriores, encontrándose en alerta epidemiológica, informó el reporte epidemiológico nacional del 8 al 15 de este mes, según consignó Télam.
Ante el reporte del aumento de casos del virus en Paraguay y el comienzo de la temporada de verano, de mayor riesgo para la transmisión de arbovirosis en la Argentina, Salud “emitió una alerta epidemiológica instando a los equipos de salud a intensificar la vigilancia epidemiológica de dengue, chikungunya y otras arbovirosis”. Y pidió “optimizar el diagnóstico diferencial de patologías asociadas al Síndrome Febril Agudo Inespecífico, verificar la preparación de los servicios de salud para la atención adecuada de los casos, las acciones de control ante todo caso sospechoso y difundir las medidas de prevención y control en la población”.
Sobre el dengue, en la Argentina desde el inicio de la temporada, en agosto pasado, Salud señala que “no se registraron casos confirmados sin antecedente de viaje al exterior hasta diciembre, donde se notificaron dos [infectados] en la Ciudad de Buenos Aires y uno, en Córdoba, sin nuevos casos en dichas localidades desde entonces”.
Un segundo infectado en Córdoba fue derivado al laboratorio nacional de referencia, pero arrojó pruebas de discordantes, por lo que se encuentra aún bajo estudio.
Los primeros dos pacientes de dengue son familiares y viven en la Capital Federal. Estuvieron en misma ciudad y en localidades bonaerenses durante el período de adquisición de la infección, “donde no se registran más casos febriles en la zona”.
Sín vínculos epidemiológicos
Los otros dos cuadros, corresponden a dos pacientes que habitan en la capital cordobesa y no tienen vínculos epidemiológicos entre sí. Según la cartera sanitaria, en el resto del país, no hay registro de casos autóctonos confirmados.
Sin embargo, en la última semana epidemiológica, del 8 al 15 de enero, se registró un caso confirmado con antecedente de viaje a México, de una persona residente en Ciudad de Buenos Aires. Además, entre agosto y noviembre pasados, se notificaron nueve infecciones confirmadas con antecedente de viaje al exterior.
En la Ciudad de Buenos Aires, un caso desde Puerto Rico y dos de México; en Buenos Aires, uno por viaje a Paraguay; en Córdoba, dos confirmados con antecedente de viaje a Colombia y a Perú; en Corrientes, un infectado por un viaje a Paraguay y Colombia; en Mendoza, dos casos con distintos subtipos con antecedente de viaje a Cuba y México respectivamente), y en San Juan, una infección sin serotipo con antecedente de viaje a Brasil.
El reporte sanitario nacional indicó que desde la primera semana de agosto a la segunda de enero pasados, “se registraron en la Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Perú, los serotipos DEN-1 y DEN-2″. En Brasil “se registró también circulación de los DEN-3 y DEN-4″.
Las tasas de incidencia más alta de este virus, las muestran Brasil y Perú, con 218,38 y 1.104,47 casos totales por cada 100.000 habitantes.
Fuente: Lanacion.com
Compartimos información provista por la academia nacional de agronomía y veterinaria:
"Situación actual del transporte de carne en la Argentina"
El Hospital Nivel I de Puerto Esperanza advirtió a los vecinos de esa localidad sobre la presencia activa de serpientes y animales ponzoñosos y reconoció que en los últimos días varios pacientes ingresaron con mordeduras de yarará.
En esa línea, desde el centro de salud indicaron a la población que al tener un accidente con este tipo de ofidios no se deben realizar torniquetes, tampoco colocar remedios caseros ni realizar cortes o incisiones en la herida. Asimismo, hicieron hincapié en que no se debe succionar en la zona de la mordedura para extraer el veneno.
La única recomendación ante una situación de este tipo es acudir rápidamente al médico y previamente lavar la herida con agua y jabón, desajustar prendas, sacar anillos, pulseras y relojes, teniendo en cuenta que ante el avance del veneno, las distintas zonas se pueden inflamar.
Además se debe mantener al accidentado tranquilo hasta que llegue la atención.
Recientemente, el herpetólogo Ariel López, del Instituto Nacional de Medicina Tropical (Inmet), advirtió sobre la intensa actividad de los animales ponzoñosos en verano y recomendó extremar cuidados, teniendo en cuenta el ambiente selvático que rodea a las localidades del Norte de Misiones.
Detalló que la mayoría de las mordeduras de serpientes suceden cuando son pisadas o apresadas, cuando se ven sorprendidas por un movimiento repentino y no pueden huir, o cuando no se hace caso a su posición defensiva
Durante el verano, la búsqueda de lugares para refrescarse, como arroyos es mayor, y en su mayoría las personas que se adentran a lugares que no cuentan con infraestructura lo hacen con poca ropa, en ojotas y descalzos, facilitando las mordeduras de serpientes.
Asimismo, el aumento de las temperaturas provoca que estos animales busquen refugiarse en sectores con malezas o ingresan a las viviendas, es por ello que se recomienda realizar aseo periódico en las casas.
Según el Boletín Epidemiológico Nacional, en los últimos tres años se reportó un total de 2.177 casos de accidentes con ofidios en el país, de los cuales el 22% se concentra en Misiones, que lidera los ataques de estos ofidios.
También se especifica que la mayoría de los envenenamientos corresponden a serpientes del género Bothrops, comúnmente conocidas como yarará.
“Históricamente Misiones fue la provincia que tuvo mayor cantidad de accidentes con ofidios, de los cuales tenemos tres grupos venenosos de importancia médica: la yarará, la cascabel y la coral”, había dicho Roberto Stetson, del Programa de Estudio de Animales Venenosos del Ministerio de Salud Pública de Misiones.
No obstante, destacó que la yarará crucera y la chica están adaptadas a la actividad del hombre y cumplen un rol muy importante porque ayudan al productor a controlar las plagas de roedores que destruyen los cultivos y transmiten enfermedades, como el hantavirus o la leptospirosis.
Fuente: Elterritorio.com.ar